jueves, 9 de mayo de 2013

El concepto de acción política en el pensamiento de Hannah Arendt


El concepto de acción política ocupa un lugar fundamental en

 

el pensamiento de Hannah Arendt. La relevancia de este concepto

 

reside en que está estrechamente vinculado con los conceptos de

 

mundo de la vida político y de libertad. La teoría política de Arendt

 

se ocupa de describir cuáles son las condiciones para que la política

 

tenga lugar y de qué modo se lleva a cabo la construcción del mundo

 

político. Como es sabido, Hannah Arendt toma como punto

 

de referencia lo que ella denomina “La condición humana” y sus

 

actividades fundamentales: la vita activa y la vita contemplativa.

 

La primera está compuesta por tres actividades: la labor, el trabajo

 

y la acción. Esta triada hace las veces de un modelo heurístico que

 

da cuenta del sentido de tres actividades básicas del ser humano.

 

En primer lugar, a las actividades dirigidas a la conservación de

 

la vida y que tienen un carácter cíclico y de necesidad, Arendt las

 

denomina labor. En segundo lugar, a las actividades que tienen

 

un carácter procesual, y están determinadas por la lógica mediosfines,

 

las denomina producción o trabajo. Finalmente, la acción

 

es la actividad mediante la cual resulta posible la construcción y

 

transformación del mundo.

 

Este trabajo se propone presentar los caracteres básicos de la

 

teoría de la acción de Hannah Arendt, para ello desarrolla los siguientes

 

pasos: (1) presenta la relación de la acción con el concepto

 

de praxis, (2) señala la determinación fundamental de la acción a partir de la pluralidad; (3) se ocupa de la manera como la acción

 

tiene comienzo a partir de la libertad y no de la toma de decisión

 

volitiva. (4) Del mismo modo, presenta la relación de la acción

 

con la historia y cómo esta última le otorga su sentido general. (5)

 

Una vez presentados los rasgos generales del concepto de acción, se

 

dirige la atención a los elementos fundamentales de su estructura:

 

principio, fin, meta, motivación. (6) Posteriormente, se dirige de

 

nuevo la mirada hacia la relación entre la acción y el mundo, en

 

particular hacia el espacio público. (7) Finalmente se presentan

 

algunas consideraciones sobre la relación entre la libertad política,

 

el poder y el concepto de acción.

 




 

 

Acción y pluralidad

 

 

 

Arendt presenta, en primer lugar, a la acción como la actividad

 

mediante la cual los seres humanos pueden transformar el mundo

 

de la vida político; para ello se requiere de la participación de la

 

comunidad, de la existencia de un espacio público en el que los

 

ciudadanos puedan obrar, expresar y deliberar libremente. En

 

este sentido, la acción es la “actividad política por excelencia” y

 

la “natalidad” “es “la categoría central del pensamiento político”

 

(Arendt, La condición humana, 1993, p. 23). Así como el nacimiento

 

de un nuevo ser transforma la estructura y aún el espacio de

 

la comunidad familiar que lo recibe, del mismo modo la puesta en

 

marcha de la acción genera consecuencias imprevistas en el tejido

 

social. A juicio de Arendt, la “natalidad” es una categoría central de

 

la política, pues equivale al ejercicio de libertad de los ciudadanos

 

en el espacio público y a la posibilidad que ellos tienen de realizar

 

proyectos que enriquezcan la tradición y que constituyan el aporte

 

de esa generación al mundo de la vida político.

 

La acción funge como una actividad determinada por los siguientes

 

elementos:

 

a. La acción se caracteriza especialmente porque sigue un principio.

 

Este concepto lo retoma Arendt de las investigaciones de

 

Montesquieu sobre los diversos tipos de regímenes políticos y

 

de cómo ellos están determinados por un principio. El principio

 

tiene una doble perspectiva, de una parte psicológica, desde

 

la cual funge al modo de convicciones individuales y a la vez

 

propias de una comunidad. De otra parte, el principio hace

 

referencia a los valores, convicciones y creencias que una comunidad

 

comparte y que a la vez determinan la manera como

 

se interrelacionan las personas cuando buscan dirimir asuntos

 

públicos, en los que no basta aplicar una norma establecida,

 

o que no pueden ser resueltos por un especialista que conoce

 

de antemano la solución gracias a su experticia en el tema.

 

Ejemplos de principios son: el honor, la libertad, la igualdad,

 

la justicia, la solidaridad, entre otros. Arendt aclara que ellos

 

varían históricamente y que difieren entre las comunidades

 

políticas. Además, existe una correlación entre el principio

 

que encarnan las comunidades y el tipo de gobierno: así, a

 

la democracia corresponde el principio de la libertad, y a la

 

monarquía el del honor.

 

El principio tan solo pertenece a las acciones (y no a la

 

estructura general de las actividades de la labor y de la producción),

 

pues de una parte se forma a partir de las perspectivas

 

que han consolidado cierto estilo de actuar, y de otra parte, no

 

puede equipararse a la representación que guía el proceso de

 

producción. El principio, sostiene Arendt, “pone en marcha

 

la acción”, aunque no sea su “causa inmediata” o aquello que

 

la desencadena (Arendt, Qué es la política, 1977, p. 134). Esto

 

significa que si bien la acción requiere del primer paso que dan

 

uno o varios agentes, por ejemplo, en la deliberación sobre la

 

conveniencia de la guerra, con todo su origen está en el prin cipio, que es anterior a las tomas de posición de los agentes

 

y que sobrevive al carácter transitorio y fútil de la acción. En

 

efecto, una vez que los agentes han deliberado, sus discursos

 

y los efectos de los mismos no se pueden preservar mediante

 

la acción misma, sino a través de la producción de textos, de

 

medios técnicos que almacenen o preserven lo dicho o de la

 

ley. Los efectos de la acción son muy diversos, y van desde la

 

consagración (o derogación) de una ley, hasta la resolución de

 

declarar la guerra. Por su carácter impredecible, no se puede

 

saber con certeza, ni de cuando comienzan, ni de cuando

 

terminan las acciones, pero los agentes tampoco tienen suficiente

 

claridad del sentido de sus acciones, así no tengan duda

 

alguna sobre los objetivos y principios de su actuar. Como se

 

dijo anteriormente, Arendt sostiene que la tarea de descifrar el

 

sentido y las consecuencias de las acciones corresponde tanto

 

a los historiadores como a los literatos y/o poetas.

 

En definitiva, el principio no es, como lo puede ser la convicción,

 

una posesión exclusiva de un individuo y por ello no

 

funge como la causa inmediata de la acción, pues ésta tendría

 

que ver más con la motivación. Por ejemplo, el dolor por el

 

secuestro de un hijo, que lleva a que varios padres de familia

 

se unifiquen y, sin saberlo o proponérselo, realicen una acción.

 

En orden a descifrar el ser propio de la acción, es necesario

 

tener presente el carácter fundamental que en ella juegan los

 

principios y cómo están arraigados en las convicciones, costumbres,

 

creencias y estados anímicos fundamentales de los

 

agentes, en definitiva en el ethos, esto es, en el estilo propio de

 

actuar de una comunidad, el cual funge al modo de un carácter.

 

Adicionalmente, llama la atención que aún la acción

 

violenta se rige por principios, como el temor en el caso de la

 

tiranía. Esto daría pie a establecer una cierta jerarquía en los

 

principios, bajo el criterio de en qué medida ellos permiten la

 

realización de lo humano, de la política, o si se quiere de la libertad.

 

 

 

Bibliografía

 

Arendt, H. (1967). Sobre la revolución. Revista de Occidente, Madrid.

 

Arendt, H. (1977). Qué es la política. Barcelona: Paidós.

 

Arendt, H. (1993). La condición humana. En G. Ramón (Trad.). Barcelona:

 

Paidós.

 

Arendt, H. (1996). Entre el pasado y el futuro. Barcelona: Península.

 

Aristóteles. (1970). Ética a Nicómaco. En M. Araujo, & M. Julián, Versión

 

bilingüe. Madrid: Instituto de estudios políticos.

 

Aristóteles. (1990). Metafísica. En V. García, Versión trilingüe. Gredos.

 
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ACTIVIDAD
 

1-Buscar la biografía de Arendt.

 

2-Según Arendt cómo se vincula la acción política con los conceptos de

 

mundo de  vida política y de libertad.

 

3- Este trabajo propone presentar los caracteres básicos de la

 

teoría de la acción de Hannah Arendt, para ello desarrolla siete pasos-

 

Realizá un resumen de la relación entre la libertad política,

 

el poder y el concepto de acción.

 

 

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